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Análisis 27 diciembre 2019 - 4:32 CET

MediEvil

Más de 20 años después, Sir Daniel Fortesque se alza de nuevo con este remake del MediEvil original de 1998

  • PS
David López
  • Desarrollador: Other Ocean Emeryville
  • Editor: Sony Interactive Entertainment
  • Lanzamiento: 25 octubre 2019

Aunque durante la andadura de PlayStation 4 hemos visto un amplio abanico de nuevas IP, varios de los personajes que nacieron en la primera consola de Sony han logrado hacerse un hueco en el catálogo de los últimos años. A través de remakes, se ha traído de vuelta a personajes como Crash —Crash Bandicoot N. Sane Trilogy (2017), Crash Team Racing Nitro-Fueled (2019)—, Spyro —Spyro: Reignited Trilogy (2018) e incluso a Claire Redfield y Leon S.Kennedy con el reciente remake de Resident Evil 2 (2019), amén de otros juegos de la época que van a regresar en los próximos meses: Final Fantasy VII y Resident Evil 3, cuyos remakes tienen fecha para el 3 de marzo y el 3 de abril de 2020, respectivamente. A todos estos se le suman varios ports y remasterizaciones como podrían ser Constructor HD (2017), PaRappa the Rapper Remastered (2017) y Final Fantasy VIII Remastered (2019), todos ellos juegos originales de la primera PlayStation.

Así, y pese a que quedan apenas unos meses para iniciar el salto a la próxima generación, hay un buen sector de jugadores al que gusta poner la vista en el pasado. Muestra de ello es el éxito de estas propuestas, como se demuestra con los más de diez millones de unidades vendidas de Crash Bandicoot N. Sane Trilogy o los más de cinco millones del remake de Resident Evil 2, superando este las ventas del original de 1998.

Pues bien, esta vez el turno le ha tocado a Sir Daniel Fortesque, que con este remake de MediEvil para PS4 regresa —una vez más— de entre los muertos. Aunque quizás el caballero esquelético de Gallowmere haya alcanzado una fama más modesta que los ejemplos anteriormente mencionados, pertenece a una de las franquicias más recordadas dentro del catálogo de la primera PlayStation. Después de un primer remake para PSP en el año 2005 —MediEvil: Resurrection—, la saga llega ahora a la generación actual con un renovado apartado gráfico para contarnos la historia de redención de Sir Daniel Fortesque, un caballero que cayó contra el malvado mago Zarok al recibir la primera flecha de la batalla, pero que la historia ha colocado injustamente como un héroe. Cuando Zarok regresa de la tumba para tomar Gallowmere con un ejército de muertos vivientes, Sir Daniel es devuelto también a la vida, lo que le ofrece la oportunidad de volver a luchar y de situarse a la altura de su propia leyenda.

Un remake que da un paso hacia el frente, pero que no avanza todo lo necesario

Una de las primeras preguntas a la que uno se enfrenta cuando se dispone a revisitar un clásico es si realmente merece la pena. Ya sea por aquel manido dicho de que cualquier tiempo pasado fue mejor, o porque a veces nuestra memoria no es del todo objetiva, tendemos a idealizar las historias de las que más disfrutamos en el pasado. Sucede que, en ocasiones, este regreso nos da una desagradable sorpresa, y acabamos por descubrir que aquel videojuego que en tan alta estima teníamos adolece de fallos en los que no habíamos reparado antes; al fin y al cabo, el mundo del videojuego ha evolucionado, y nosotros hemos cambiado con él, y también nuestros gustos, nuestras costumbres y nuestro criterio.

Entonces, en este caso, hay que cuestionarse: ¿MediEvil sale victorioso de este primer envite? La respuesta es que si. Existen matices que nos hacen pensar que el juego no se ha actualizado todo lo que debería, pero aun así el regreso de Sir Daniel deja entrever por detrás un enorme trabajo por parte de Other Ocean Emeryville, que ha tratado el clásico con mimo y cariño.

Para empezar, una evidente mejora, como apuntábamos en la introducción, es su aspecto gráfico. Sin abandonar el estilo simpático que caracteriza a la franquicia, MediEvil hace gala de texturas más definidas y coloridas, relación de aspecto 16:9 (el original corría a 4:3) y modelados de mayor resolución. El mundo de Gallowmere, de ambiente escalofriante y misterioso y que no deja de tener cierta reminiscencia a obras como Pesadilla Antes de Navidad, se carga de vida y luce genial. El salto que se ha dado respecto a la obra original de 1998 es abismal, aunque no estamos ante un portento gráfico ni ante el remake más impactante visualmente, sino más bien ante uno de corte modesto.

Los enemigos y los distintos personajes que nos encontramos a lo largo de la aventura han sido también actualizados, pero respetando los diseños de la obra original, por lo que reencontrarse con alguno de sus jefes todavía es capaz de producir una punzada de nostalgia en el fan original. Un gran ejemplo, sin ir más lejos, es el primer jefe del juego, el demonio de la vidriera, uno de los enemigos más originales del juego, y que aquí podemos observar en su máximo esplendor y con mayor nivel de detalle.

MediEvil

Entrando en el aspecto jugable, manejar a Sir Daniel Fortesque resulta más fluido y cómodo que en el juego clásico o que en su remasterización de PSP, aunque el principal fallo sigue estando en el control de la cámara. Si bien es cierto que este es otro de los aspectos que se han trabajado en esta versión, todavía nos encontramos con algunos saltos y movimientos bruscos de cámara, que en ocasiones nos impiden ver a enemigos que tenemos cerca, lo que puede ponernos en dificultades innecesarias.

Esto se suma al irregular combate de estilo hack and slash, que a veces puede resultar algo frustrante e impreciso. La mayoría de los enemigos son simples de derrotar, pero a veces, cuando el juego te pone frente a una enorme horda de adversarios, se convierte en un «machaca-botones» en el que el uso del escudo no llega a funcionar todo lo bien que querríamos. Estos factores no suponen una mancha demasiado grave en una jugabilidad que, cuando uno se pone a los mandos, resulta fluida y fiel a la del original.

MediEvil se queda corto en actualizar ciertas mecánicas del juego original (…) siendo este un remake conservador que aporta pocas novedades respecto al original

Más allá de los segmentos de combate, y pese a que MediEvil ofrece una estructura de niveles bastante simple (ir del punto A al punto B, cargándonos a todos los enemigos que encontremos en medio), tiene cierto interés en fomentar la exploración. Así, existen niveles secundarios bastante interesantes, como, por ejemplo, la cueva de las hormigas, donde tenemos que recolectar ámbar y ahuyentar a hormigas obreras gigantes. También nos ofrece algunas tareas secundarias que aumentan la rejugabilidad del juego, siendo la más notable el cáliz de las almas que se esconde en cada uno de los niveles, que nos permitirá acceder a la Galería de los Héroes y mejorar nuestro inventario o equipamiento.

Aun así, huelga señalar también que MediEvil se queda corto en actualizar ciertas mecánicas del juego original. Se le nota demasiado constreñido por la configuración clásica, siendo este un remake conservador que aporta pocas novedades respecto al original. La estructura por niveles, sin ningún punto de guardado intermedio, hace que, al morir, pierdas todo el progreso acumulado en ese nivel, cosa que puede suceder de forma habitual, sobre todo, como explicábamos, ante grandes hordas de enemigos. Este aspecto puede resultar especialmente frustrante cuando nos enfrentamos ante el jefe final de uno de los niveles; al no haber check-point antes de los enfrentamientos, si caes en la batalla lo pierdes absolutamente todo y tienes que volver a empezar. Ayuda que cada segmento de la aventura no es excesivamente largo, pero a más de un jugador puede suponerle un inconveniente, aunque habrá también quien agradezca que se haya mantenido la dificultad del original y se prescindan de ayudas.

Conclusión Estamos ante una reconstrucción fiel al original, que mantiene sus mismas virtudes y defectos, lo que se traduce en un juego simpático, desafiante y divertido, con problemas de cámara y jugabilidad algo anticuada. Aunque no estamos ante portento gráfico, visualmente luce genial y mantiene todo el carisma de MediEvil, lo que es un evidente elogio a la obra original, aunque su mayor pecado haya sido no querer separarse demasiado de ella.
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Remake conservador, fiel al original; más allá del renovado aspecto visual y algunos ajustes técnicos, aporta pocas novedades

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Aventura de unas nueve horas de duración dividida en veintidós niveles. Si se quieren buscar todos los elementos secundarios, la experiencia se alarga unas pocas horas más

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Persisten los problemas de cámara y control

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Mantiene la dificultad del original y la jugabilidad de antaño